Segunda parte del post anterior y con esto termino. Son diez errores comunes que un freelance nunca debe cometer… pero igual comete:
6. Entregar tus archivos editables
Sobre todo si eres desarrollador/animador Flash. No hace falta ser muy inteligente para saber que el único que debe hacer modificaciones y adaptaciones a tus proyectos terminados eres tú. A menos que en el contrato se estipule lo contrario, tus archivos editables, tus originales, son sólo tuyos. Nadie más puede meterle mano, y esto tampoco es por capricho sino que las razones fundamentales son:
- Si el proyecto aparece publicado y no tienes control sobre su totalidad, basta que alguien cambie alguna cosa para que deje der ser un ítem en tu portafolio. Nada garantiza que no vaya a convertirse en el Frankenstein del cliente/diseñador frustrado.
- Si el cliente precisa hacer cambios en el proyecto es un señal de que probablemente su negocio está creciendo o que necesita redireccionar su campaña de márketing. El profesional eres tú y quien está capacitado para orientar ese nuevo rumbo, y cobrar por ello, eres tú.
- Entregarle al cliente tus archivos originales es revelar tu forma de trabajo. Y tu knowhow es muy valioso porque implica toda la experiencia y técnica aprendida y desarrollada en tu trayectoria. Si quieres mantener seguro tu modus operandi nunca sueltes tus editables.
7. Mandar al diablo a tu cliente problemático
Jamás, y esto es importante, jamás permitas que un cliente se vuelva problemático. Esto es algo que debes cortar de raíz. Cuando ya tienes un poco más de experiencia empezarás a detectar desde el inicio, en la primera reunión, si tu cliente es de esos que preferirías que los atienda la competencia. Y es que hay tanto patán, atorrante, egoísta y presumido que es difícil encontrarse con el cliente perfecto. A veces pasa, pero lo cierto es que la mayoría siempre quiere su producto terminado en el menor tiempo posible y pagando lo menos que pueda. Como normalmente no entiende de diseño o web pensará que, al ser un intangible, le estás “robando” y cada cambio que te pida, así sea rediseñar el logo 300 veces, se lo debes hacer porque espera quedar satisfecho al 100%.
Si tuviste la mala suerte de aceptar el proyecto de un cliente que jode más que presidente venezolano, ya estás embarcado y cobraste el adelanto, lo único que puedes hacer tragarte tu orgullo, revisar todo lo que mandes y entregarlo a tiempo, para evitar quejas por su parte y esperar que el proyecto termine pronto. Si el cliente está contento, probablemente te quiera mantener como proveedor o te consiga referidos iguales a él, pero si no le cumples y se amarga, los resultados pueden ser catastróficos y la única que pagará las consecuencias es tu reputación.
8. Llegar tarde a una reunión, en short, sandalias y con
tufo a trago
La imagen del diseñador extravagante y pastrulo sólo es popular entre diseñadores extravagantes y pastrulos. Cuando un cliente busca un proveedor, espera encontrarse con alguien decente, por lo menos en el aspecto. Si quieres impactar con un look único, diferente, puedes optar por comprarte ropa cara y de calidad, que no todo el mundo tiene, para dar una buena primera impresión y tu futuro cliente empiece a entender que tienes algo de clase y buen gusto.
Muchas veces me topo con colegas tan llenos de sí mismos, con aires de divos por haber ganado un premio o por trabajar en una agencia top, que se olvidan que al cliente común eso le importa un pepinillo. Tampoco les interesa si el tráfico era un infierno o si tu otro cliente te hizo demorar. Si llegas tarde, has hecho perder tiempo valioso a tu cliente. Y si tu cliente se muestra comprensible, preocúpate, porque también deberás perder tu tiempo ante él muchas veces.
También debes mantener tu vida privada lejos de tus clientes. Si tu religión te obliga a beber descontroladamente todos los fines de semana, no programes reuniones los lunes. Evita fumar antes de la reunión, lávate los dientes y córtate las uñas.
Recuerda que siempre habrá alguien más simpático que tú y que sea más responsable. Tu labor es hacer que ese número de personas sea lo menor posible, y que tu cliente nunca los llegue a conocer.
9. Escribirle a tu cliente a media noche
No eres farmacia ni estación de bomberos. No puedes permitir que tu cliente espere que le envíes material a las 11 de la noche. El horario de un freelance es un poco más flexible que el de un empleado pero eso no significa que vas a estar esclavo de un proyecto. Y esto no es por puro capricho de querer sacralizar las noches y fines de semana, cuando seguramente trabajarás más arduamente, sino que no debes acostumbrar a tu cliente a esperar entregas fuera de hora. Salvo que te hayas comprometido a una hora razonable y no llegaste, cierra Skype a las 6pm o ponte en invisible hasta las 8am del lunes.
Estar disponible 24/7 es un gran error que se confunde con efectividad pero que ataca justamente ese punto, es humanamente imposible poder trabajar 20 horas seguidas y mantener satisfecho a todos tus clientes a ese ritmo.
Lo mejor es organizarte. Cómprate una pizarra acrílica y divídela en 6. Pon ahí todo lo que debes hacer de lunes a sábado y cada vez que te comprometas con un deadline, mírala y fíjate si entra en algún sitio.
10. Decir que sí a todo
Este exabrupto de emoción puede ser la causa del punto número 1 de la lista, “Ofrecer productos a medias”. Si te has encontrado con un cliente que necesita una variada gama de soluciones y crees que puedes lidiar con ATL, BTL, diseño gráfico, multimedia, merchandising, post producción y relaciones públicas, seguramente pensarás que has encontrado una mina de oro.
Es muy difícil que un freelance sea un buen one stop shop, sobre todo si recién estás entrando al mercado. La tercerización es una gran palanca para lograr esto pero debes tener a la mano mucha gente de suma confianza que te entienda y que sea eficaz.
Zapatero a tus zapatos dice un refrán y en este casi aplica perfecto. Si no sabes de publicidad no ofrezcas campañas. Si diseñas para medios impresos no ofrezcas hacer una web…cuando recién empiezas. La experiencia y el trabajo duro te enseñarán cuáles son tus límites propios. Luego, poco a poco, podrás aprender nuevas disciplinas y tus clientes podrán contar contigo para otros proyectos hasta que des el salto grande y te conviertas en agencia.
Realmente he disfrutado armando esta lista, me he topado con estos diez errores muy seguido el mes pasado, los he visto casi a diario cometerlos por mis alumnos, colegas y yo mism
o alguno de ellos. Son errores muy cercanos a nuestras carreras, se cometen muchas veces por inexperiencia o necedad. Yo como docente me siento algo así como obligado a tratar de orientar, con mi experiencia, a aquellos que quieran tener éxito en este mercado.
Y al final lo cierto es que el aprendizaje es binario, tú aprendes cuando algo te sale bien, pero aprendes mejor cuando metes la pata.